lunes, 13 de agosto de 2018

¿Eres de la realeza real o de la realeza de fantasía?


El enemigo es astuto en crear falsas expectativas y en montar resultados inexistentes. Constantemente en medio de la tentación hay voces que él usa para pensar que tienes el control de la situación, que eres lo suficientemente maduro y que sabes cuando detenerte. Siempre, esa idea de que no hay alguien viéndote o que no le estás haciendo daño a nadie o que es algo momentáneo, es tan falsa como destructiva.

Él es padre de mentira y experto en fantasías. Puede ilusionarte como en un cuento de hadas, pero terminarás en terror y destrucción. Te pinta un castillo o palacio, pero terminarás en la indigencia. Cuando creas que tengas el escape organizado te hará caer en una trampa de culpa y desánimo, como una especie de círculo vicioso, y ahí es cuando las fuerzas que juntaste para cierto tiempo se desploman y crean ese vacío de indignidad y soledad.

Vivimos en tiempos acelerados, de comida rápida, de préstamos al instante, de matrimonios cortos y divorcios express. Recuerdo que mi primer celular lo tuve a los 19 años, pero me asombro que hoy por hoy los niños de 6 o 7 años tienen teléfonos, tablets y una gama de dispositivos electrónicos para que no se estresen. Me llama poderosamente la atención que los niños se saben el patrón de desbloqueo de un celular pero no se pueden poner su ropa o secarse después del baño. Todo va a la velocidad de la luz y esa misma estrategia es la que el enemigo usa. Que no puedas establecerte. Que abortes tan pronto como puedas. Que pruebes y pruebes y que al final haya una vía rápida esperándote. La vía del atajo. Exiliándote de los procesos y optando por lo fácil.

Debemos de entender que hay cosas que no las podemos saltar. Que si haces un examen, tarde o temprano te toparás con esas preguntas de desarrollo que es donde se sabe si realmente estudiaste o si al fin entendiste el tema.

Santiago 1:12
Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.

Mateo 24:13
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

Hay un poder en la perseverancia. En quedarse en el lugar donde eres estirado, que es el mismo donde muchos abandonan. Es muy difícil no ser tentado a tirar la toalla y es por eso que tengo unos consejos para quienes están en la temporada de la espera y la insistencia.

1) Debes saber quién eres y qué deseas. Tener la mente en el galardón y en la promesa nubla la influencia negativa de las palabras de tu adversario.
2) Júntate con gente de fe. Ten comunidad con gente que experimenta luchas como las tuyas, pero también que te animen y te levanten los brazos. Recuerda que las malas conversaciones corrompen las malas costumbres.
3) Conoce tus areas débiles. Esos campos minados que te cuestan y que al reconocer la necesidad entonces ganas terreno y vulnerabilidad para levantarte. No creas que eres un super-héroe.
4) Persevera, aguanta, mantente, permanece, continua, insiste, prosigue y perdura. Recuerda la viuda que importunaba al juez.
5) Acude a las armas y hábitos espiritual que fortalecen tu ser interior. Por ejemplo: la oración, el ayuno, la búsqueda, la constante adoración, etc.
6) Busca consejo. Ten mentores y un padre espiritual. En la multitud de ellos encontrarás sabiduría.
7) Evita exponerte a situaciones que terminarán en caídas. Deja el celular un rato si vas a estar solo, bloquea personas nocivas, evita temas de conversación que promuevan la tentación por medio de los pensamientos.

No dejes que la fantasía que te ofrece el enemigo te meta en un mundo que no exista. Entra en tiempos de orden. Necesitas las etapas. Que la gente conozca que cambiaste porque no frustrastes el proceso. 

Recuerda, hay una corona que te está esperando. La corona solo se las dan a gente real. ¿Eres de la realeza real o de la realeza de fantasía?

Cuéntame cuales serían tus consejos para hacer la lista más grande.